Hace algunos años, recibí una recomendación para jugar Persona 5. Aunque ya tenía el juego, los primeros minutos no me convencieron, así que decidí retomarlo gracias a esta nueva recomendación. Me alegra haberlo hecho, ya que Persona 5 me sorprendió con su impresionante arte visual, su cautivadora banda sonora, su narrativa envolvente y, sobre todo, por retomar el combate por turnos, un estilo de batalla que Square Enix había decidido omitir argumentando la falta de interés de los jugadores en ese sistema. Parecía que Persona 5 tenía todo lo que buscaba.
Después de jugar varias horas,
llegué a una escena en la que se representaba acoso por parte de dos personajes homosexuales hacia Ryuji.
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Como jugador, estoy acostumbrado a la ausencia de personajes LGBTI+ en los juegos, y por lo general, esto no afecta mi decisión de jugar o no un juego. Sin embargo, resulta especialmente decepcionante cuando los personajes LGBTI+ sí aparecen en el juego, pero solo se utilizan para acosar sexualmente a uno de los protagonistas. Pareciera que esa es la única razón por la cual se incluyeron esos personajes.
Lamentablemente, después de llegar a esa escena, tuve que dejar de jugar, sintiéndome decepcionado con Atlus debido a la homofobia que decidieron retratar en el juego.
Un tiempo después,
Atlus lanzó Persona 5 Royal, anunciando que habían modificado la escena homofóbica.
Esta noticia me alegró y me motivó a comprar esta nueva versión para poder completar el juego que había dejado inconcluso.
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Desafortunadamente, la escena fue modificada de manera tan sutil que no noté la diferencia; seguía siendo ofensiva para la comunidad LGBTI+.
Espero que en futuros juegos, Atlus decida, en el peor de los casos, no representar a personajes LGBTI+ de manera negativa ni positiva, y, en el mejor de los casos, incluya a una parte más amplia de la comunidad que juega sus juegos.